CAPIBARA

El cuerpo de los capibaras es de forma maciza y redonda, con el tronco grueso y cuatro patas cortas, siendo las posteriores ligeramente más largas que las anteriores. Las patas anteriores tienen cuatro dedos y las posteriores tienen tres, siendo estos dedos gruesos y parecidos a pezuñas, y  presentando unas pequeñas membranas interdigitales que los unen.

No poseen cola y en su lugar tienen un repliegue de piel que cubre el ano y los genitales.

El pelaje es largo y áspero, pero en algunas partes es tan fino que se puede apreciar la piel a través de él. La coloración va de un pardo rojizo al gris en la parte superior, mientras que la parte inferior tiene un color pardo amarillo. Algunos ejemplares tienen manchas negras en la cara, en el lado exterior de las patas y en la parte trasera.

Como otros animales con un estilo de vida acuático, los ojos, las orejas y la nariz del capibara se encuentran situados en la parte superior de la cabeza, de manera que pueden estar inmersos en el agua para camuflarse y a la vez respirar y observar el entorno.

Viven en grupos de entre 6 y 20 ejemplares, que pueden estar constituidos por una pareja y sus crías, o por un grupo más grande de ejemplares adultos. El tamaño del grupo puede depender de la disponibilidad de agua.

Los capibaras son animales principalmente diurnos, que pasan el calor del día en agujeros en el barro o dentro de las aguas, escondiéndose para dormir entre la vegetación espesa.